Esta curiosa pregunta me la hizo
el otro día un conocido cuando me lo encontré volviendo de entrenar…
coincidencias de la vida, nunca le había dicho lo que entreno, y me salio por ahí.
Bueno, la cosa es que me parece una pregunta legitima, y por tanto voy a
intentar explicar este punto:
¿Te conviertes en un ángel exterminador por aprender Kung Fu (u
otro arte marcial)?
La respuesta es que no. Un no
rotundo. Los artistas marciales no somos distintos al resto de los mortales. Somos
gente normal que trabaja, estudia, pasa el rato con sus amigos y familia… y además
de todo esto, entrena duramente para mejorar en una disciplina.
No es menos cierto, que la
disciplina de las artes marciales (y del Kung Fu en particular) es la de
aprender a prevalecer en un enfrentamiento físico. O sea, que aprendes a
pelear. Veámoslo así… te pegas horas y horas dando patadas, puñetazos,
bloqueos, esquivas y luxaciones… y terminas por coger soltura.
¿O es solo para las Exhibiciones?
Cierto, en el Kung Fu también
aprendes otras cosas ajenas a la defensa personal, tales como etiqueta, tradiciones y expresiones
culturales como la danza del León o del Dragón. Pero también dispone de un
sistema de competición deportiva, el
Sanda (como el Kick Boxing pero con proyecciones) y la competición técnica de formas.
Entonces… ¿Es el Kung Fu algo real o solo algo florido de cara a la galería?
El Kung Fu es un sistema de
defensa personal, que tiene también sus facetas deportivas y culturales…
o como dijo una vez el Maestro de Hung Gar
Buksam Kong:
“Nuestro objetivo en el arte es enseñar las bases para una defensa personal y mejorar la salud, no convertirnos en asesinos profesionales”.
“Nuestro objetivo en el arte es enseñar las bases para una defensa personal y mejorar la salud, no convertirnos en asesinos profesionales”.
Y en mi opinión, esto es
sobradamente suficiente.
Un saludo.