viernes, 18 de noviembre de 2011

Iniciacion al Wu Shu Tradicional, por Sifu Adam Hsu



Hoy os dejo un interesante artículo del maestro Adam Hsu tomado de la webb de wutanspain, traducido por Francisco Mulet Ferrer -Estudiante de Wutan España.

En el, el Maestro de Kung Fu Norteño, nos cuenta como fue su iniciación con el Gran Maestro Liu Yun Chiao, allá en Taiwan.

Lo encuentro muy interesante, especialmente por que cualquier estudiante de Kung Fu (sea cual sea su estilo) puede extraer de el una o dos lecciones sobre constancia, compromiso y sacrificio en la practica de las artes marciales chinas, cualidades que quizás prefiramos pasar por alto en nuestra mentalidad occidental, y sin las cuales difícilmente llegaremos a algo en este camino, tan tortuoso a veces, de las artes marciales.

Para ver artículo original en inglés visitar Web Gran Maestro Xü Ji (Adam Hsu):
AHKFS Home Page


El autor (Izquierda) y Sifu Liu (Derecha)

“En memoria del Shifu Liu Yun Chiao. Cómo llegué a ser aceptado como su estudiante”.


Comencé mi práctica de wushu con chang quan (puño largo). Más tarde, aprendí varios estilos de mantis religiosa. Adicionalmente, aprendí algo de xing-i quan Hebei.

Estoy agradecido a todos mis profesores por su enseñanza. También estoy agradecido por el riguroso entrenamiento que he encontrado en los distintos estilos de wushu. Estas experiencias aumentaron mi interés por el wushu tradicional y me dieron más confianza. Ellos me motivaron continuamente para avanzar por mí mismo hacia un nivel superior de wushu.

Finalmente, tuve la gran oportunidad de aprender del Shifu Liu Yun-Chiao, conocido como “Maestro de baji y pigua zhang, ahuyentador de demonios y fantasmas”. El Shifu Liu me condujo a otro largo viaje en mi práctica del wushu.

El primer reto del Shifu Liu fue el no negarse a enseñarme. Al contrario, me dijo: “Tus técnicas no son malas y tus habilidades son buenas. Puedes aprender algunas formas de baji quan y algunas formas de pigua zhang y terminar ambos rápidamente. Entonces podrás practicar por placer.”

Yo, firme y agradecidamente, rechacé su “amabilidad”.

Entonces el Shifu Liu planteó una serie de condiciones para probar mi sinceridad.:

Él dijo: “Si realmente quieres aprender bien, no hay atajos. Debes ser paciente y tener voluntad de practicar durante un largo período de tiempo.”

Respondí: “Sí, señor”

Dijo: “Vendrás a aprender conmigo cada tarde durante cuatro horas por sesión.”
Contesté: “Sí, señor.”

Añadió: “Has aprendido demasiados estilos en el pasado. Debes abandonar esos estilos y dejar de practicarlos desde ahora.”
Respondí: “Sí, señor”

Dijo: “Debes practicar de este modo con persistencia sin interrupción durante dos meses. Tras esto yo podría considerar aceptarte como mi estudiante.”

Contesté: “Sí, señor.”

Siguió: “No debes decir a nadie que estás aprendiendo wushu conmigo y no debes traer aquí a nadie.”

Respondí: “Sí, señor”

Añadió: “Aparte de tus estudios superiores y tu trabajo, necesitas tener el descanso suficiente. Debes cuidarte bien, comer bien con la nutrición suficiente, y no tener malos hábitos.”

Contesté: “Sí, señor.”

Dijo: “Se que quieres aprender baji quan, pero no es apropiado para ti comenzar a aprender baji quan justo ahora. Tienes muchos movimientos viejos, viejas costumbres, de los que necesitas despojarte completamente. He decidido que debes aprender pigua zhang primero. ¿Estás de acuerdo?”

Yo estaba muy decepcionado y dudaba si aceptar. ¡No sabía qué hacer! Pero no tenía otra opción y contesté: “Sí, señor.”

* * *

¡El desafío real comenzó en el verano extremadamente cálido y húmedo de Taiwan!

Bajo el entrenamiento individualizado del Shifu Liu, sentí un tremendo dolor y desarrollé falta de confianza en mí mismo tanto física como mentalmente. Aprendí muchos movimientos básicos de pigua zhang. Sin embargo las corrección que recibí del Shifu Liu durante mi práctica parecían ser siempre como:

“Relaja, relaja más, relaja todavía más...”

¿Relajar más? ¡No hubiera podido ser capaz de practicar si relajara más! Sólo podía gritar en silencio interiormente y sentir como si estuviera siendo tratado de modo injusto.

¿Debía dejar de practicar? Abandonar nunca fue una opción para mí. El Shifu Liu era muy crítico al corregir mis movimientos inapropiados – demasiado flojo, demasiado suave, o incorrecto. El Shifu Liu nunca permitió que alguno de mis errores pasara inadvertido.

Con bastante frecuencia repetía los mismos movimientos diez veces, veinte veces, incluso treinta veces... El Shifu Liu seguía agitando su cabeza y decía:

“No. Está mal. ¡Hazlo de nuevo!”

Además, lo que más me disgustó fueron comentarios como: “¡Demasiado flojo!” “¡Demasiado tenso!” “¡Eso es demasiado flojo otra vez!” “¡Eso es demasiado tenso otra vez!” “¿Por qué es tan tenso?” ¡Parecía que nunca lo hacía bien!

Fue un verano cálido en Taipei. Sólo estando de pie, estaba chorreando con mi propio sudor. Sudaba excesivamente mientras practicaba bajo el sol abrasador; mi corazón lloraba incontrolablemente. En el pequeño patio de la casa del Shifu Liu, tardaba media hora en rociar el suelo de cemento con mi sudor como si fuera una lluvia ligera.

A veces, el Shifu Liu traía un cubo de agua y la arrojaba al suelo mientras yo descansaba o daba un trago. El agua se evaporaba al instante con un chisporroteo.

Cuando acababa mi práctica, mi camisa, pantalones, calcetines y zapatos estaban completamente mojados. Sentía que me iba a desmayar en cualquier momento y estaba demasiado cansado para hablar.

Yo caminaba y me detenía en la parada de autobús tras haberme despedido del Shifu Liu. Cuando el autobús venía, no podía siquiera levantar mi mano para avisar al conductor del autobús. Más de una vez el auxiliar del autobús me miraba con desprecio: ¡Mira tu aspecto vergonzoso!

A la hora del almuerzo, seguía el consejo del Shifu Liu de nutrirme suficientemente. No tenía problema en agarrar el cuenco y acercar el arroz a mi boca. Era capaz de usar los palillos para coger trozos de cerdo también sin problema. Pero mi mano estaba demasiado débil y temblorosa para usar los palillos para sostener los huevos duros guisados en salsa de soja. Mi única forma para asegurar el huevo era pincharlo con los palillos como un tenedor. Mi débil mano no podía mantener las escurridizas y tiernas gambas sin la ayuda de una cuchara

No se olvide que se suponía que debía practicar una vez más antes de irme a la cama.

Yo practicaba con mi propia sombra bajo la luz de la luna en un patio abierto.

Era duro aguantar no sólo físicamente, sino también mentalmente. Tenía que auto controlarme para no aplicar ninguna fuerza inconscientemente.

No tenía que matar al tigre con mi puñetazo. No tenía que patear al tiburón hasta matarlo. NO debía pretender vencer a diez maestros de wushu por mí mismo. No debía imaginar que haría sparring con el Shifu Liu para mostrarle mi mejor habilidad.
No, no, no.

No podía comprender -¿Cómo podía aprender buenas habilidades de wushu con un método relajado y débil?


* * *

La práctica del wushu es lo más importante de mi vida. Es también la práctica del wushu lo que me hace sentir que soy la persona más importante del universo.

Mira el magnífico brillo del sol al atardecer. Soy yo quien guía al sol para alzarse por el este. Mira las estrellas brillantes en el cielo nocturno. Soy yo quien, usando mis golpes y puñetazos, convence al sol para ponerse por el oeste.

Incluso durante el momento más caluroso del día, de la una a las cinco de la tarde, sentía un gran “placer” durante mi “dolorosa” práctica.

Los chinos emplean la palabra "痛快" (tong kuai, directamente traducido como “dolor y placer”) para referirse a la felicidad máxima. Sin duda comprendo que no apreciaremos el verdadero “placer” sin haber recibido primero el “dolor”

Paulatinamente, comprendí aun más: La relajación es el comienzo de la práctica del wushu. Si no se relaja completamente, la práctica será en vano. La relajación permite el flujo mientras que la tensión crea bloqueos. La relajación incompleta desembocará en práctica incompleta.

Más tarde, comprendí más: existe un equilibrio entre la relajación y la tensión. Es la meta final seguida por todas las artes. En otras palabras: la buena circulación del qi obtenida a través de una mente orientada y de un cuerpo relajado. No es apropiado relajar en exceso, no es la forma adecuada de practicar.

Gradualmente, comprendí todavía más: No existe una relación fija entre relajación y tensión que pueda ser usada en cualquier momento y en cualquier lugar. Relajado pero no completamente relajado; tenso pero no completamente tenso. El estado de relajación y tensión depende de la situación y cambia de forma constante. La cantidad y calidad cambian siempre.

Estaba muy animado y satisfecho depende por completo de tu propio criterio y decisión el relajar o tensar.. No existe ningún ancestro o divinidad que pueda hacerlo por ti. Incluso el Shifu Liu sólo podía permanecer de pie y observar...

¡Es arte! Las artes no se presentan con colores, bolígrafo y papel; ni con instrumentos musicales y notas; ni con maquillaje, disfraces, escenarios o iluminación. Requieren únicamente de mí, del yo valiente y confiado que se alza recto en el universo.

* * *

Desde que el Shifu Liu controlaba mi entrenamiento fue formidable, guiándome con paciencia a través del mundo del wushu; yo disfrutaba el entrenamiento y no podía parar en absoluto. Ya había olvidado el objetivo inicial de la práctica y nuestro plazo acordado. Sólo me sumergí en el placer de practicar, practicar y practicar...

Algo ocurrió un día tras la clase.

El Shifu Liu me pidió que me pusiera frente a él. Extendió su mano y dijo: “¡Ven! Déjame probar tu brazo.”

Yo me puse firme e hice una reverencia. Dejé caer ambos brazos cayendo verticalmente hombro abajo. Los relajé como el péndulo de un reloj que oscila de forma natural. El Shifu Liu a veces introducí su mano y dejaba que mis brazos reposaran en los suyos para probar si eran ligeros, pesados, si se hundían o flotaban.

El Shifu Liu asintió y murmuró: “Sí. No está mal.” Entonces giró su palma hacia arriba y me señaló para que dejara caer mis brazos en su palma y antebrazo; levanté mi brazo ligeramente y lo dejé caer con naturalidad; repetí los movimientos de brazo de elevación y caída. Tras la evaluación, el Shifu Liu parecía satisfecho pero continuaba en silencio. Se sento allí, esperó un poco, y entonces me dijo: “Está bien. Ahora eres bueno. Te acepto como estudiante.”

Yo estaba perplejo.

Quizás por mi cara de confusión, él se puso a explicar: “Nosotros inicialmente acordamos un período de prueba de cuatro meses. Hoy sólo han pasado tres meses. Pero lo haces bien. Es bueno que seas tan diligente. Pero el dicho chino “practica de cien días” es sólo el comienzo. Debes trabajar desde ahora incluso más duro...”

Sólo recuerdo vagamente estas pocas palabras pero no le oía con mucha claridad.
¡Extraño! No tenía ninguna emoción en ese momento, ni feliz ni triste. Lo recuerdo con viveza: estaba muy calmado.

* * *

Sifu Adam Shu
El tiempo vuela muy rápido y el Shifu Liu se ha ido hace diez años...

La sociedad se está degradando; la generación joven se vuelve más y más superficial e irrealista. Soporto la situación actual y me siento desesperanzado.

Quiero expresar mis preocupaciones y mi inquietud, ¡pero me resulta difícil escribir este artículo en memoria del Shifu Liu en el décimo aniversaio de su muerte!

Escribí una breve biografía del Shifu Liu el año en que murió. Escribí otro artículo en el tercer aniversario. En este décimo aniversario, el recuerdo que queda es sólo tristeza...

“El pasado sólo aporta tristeza.” El recuerdo comienza de forma natural desde el principio...

Así que anoté lo que puedo recordar y he aquí este artículo.

Hace treinta años desde que el Shifu Liu me aceptó como su estudiante. He ido por la vida con muchas personas, acontecimientos, wushu, verdad, mentira, misterio, éxito, fracaso, pérdidas y todo lo demás. Todo eso se incluye en mis memorias.

¿Es cierto? Parece ayer y ya he alcanzado la edad para escribir mis propias memorias. ¿Puede creerlo? ¿Tengo elección? Pero...
Completé este artículo para expresar mi misión y mi deseo. El propósito de escribir la historia de cómo empecé a aprender y a practicar wushu con el Shifu Liu va más allá al avisar a la generación joven: “No pierdas la competición en el comienzo.”

Humildemente deseo poder encontrar unos pocos practicantes con gran fuerza de voluntad y la pasión por aprender wushu tradicional. Les daré el entrenamiento más duro, justo como yo me fortalecí en el pasado.

No es sencillo aprender wushu chino, pero tampoco es difícil. La dificultad es: “No puedo cruzar el umbral colocado por el maestro. ¡Aunque sólo me cueste cien días el cruzarlo!”

No, la verdadera dificultad es: ¡Es complicado encontrar a una “persona” que tenga la voluntad de practicar persistente y apasionadamente durante cien días!

El Shifu Liu siempre lo decía. Nunca le creí.

Incluso hoy no lo creo porque no he abandonado la búsqueda.


©Copyright 2008 Adam Chi Hsu. Todos los derechos reservados.

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