Me he animado a escribir esta
entrada para explorar las vicisitudes que mi nueva condición de padre y como
esta repercutiendo esto en mi desarrollo marcial.
Desde luego, cada persona y cada
hijo es diferente, y mi experiencia no tiene por que aplicarse a la de otros,
sin embargo es la única que conozco de primera mano, y por eso voy a referirme
a ella, pero centrándome en mi experiencia marcial, que de eso va este blog.
Ser padres es una pasada. Antes
tu tenias tus rutinas de entrenamiento, tus descansos programados, tus clases…
en definitiva tu vida, más o menos organizada. Das un parpadeo ¡y de repente
tienes un precioso bebe que depende completamente de vosotros!
Quieras o no quieras esto va a cambiarte la vida.
Muchos artistas marciales acusan
este cambio, y yo no soy menos, pero no hay que desesperar. Se puede llegara todo si estamos dispuestos a pagar el precio
en esfuerzo.
Nuestro hijo nació hace poco más
de siete meses, y en este breve periodo de tiempo ya he tenido oportunidad de
sufrir la fuerza de la entropía en mis carnes:
RUTINAS DE ENTRENAMIENTOS
Entendiéndolas como los ejercicios
que haces fuera de las clases regulares. No importa lo bien organizada que
tuvieras tu rutina de entrenamientos, los buenos resultados que esta te halla
dado o los años que lleves practicándola. Ve haciéndote a la idea de que vas a tener
que cambiarla. Desde que tienes un pequeño tus prioridades van a
cambiar, y tu entrenamiento va a tener que dejarle sitio a las nuevas necesidades
de tu hijo y de tu pareja.
¿Quiere decir esto que vas a
tener que dejar de entrenar?
La respuesta es no. Rotundamente.
Pero es posible que tengas que entrenar menos, y la clave aquí debe ser que hemos de intentar entrenar más
eficientemente. Prioriza, pon toda tu concentración en los ejercicios. Céntrate
en lo que necesitas mejorar… pero sobretodo se flexible. La rutina con un bebe
no es tal rutina y siempre suceden cosas extraordinarias que volverán tus
planes del revés. Tómatelo con filosofía, y aprende a vivir el momento. Si hoy
no puedes salir a correr, pues ya saldrás mañana, y aquí no pasa nada.
CLASES REGULARES
Bajo mi punto de vista, has de intentar no faltar a ninguna de tus
clases regulares. Esto puede que te obligue a emprender negociaciones con tu querida
pareja. La clave aquí es que ella entienda lo importante que es para ti, y
que tu a cambio estés dispuesto a ceder en lo que haga falta para que puedas
participar de la crianza de vuestro hijo… y es que los tiempos en los que las
mujeres criaban solas a sus hijos hace ya tiempo que pasaron a la historia.
EL SUEÑO
Salvo que tengas un hijo más
bueno que Felipón, lo normal es que los bebes se despierten cada pocas horas.
Esto es así y es perfectamente normal…
Lo que no os va a parecer tan
normal es lo de levantaros varias veces cada noche a consolar a vuestro retoño,
después de haber tenido una dura sesión de entrenamiento o de sparring la tarde
anterior. Desde ya os aviso que os vais
a querer morir.
Vais a conocer el autentico
significado de la palabra “fortaleza” cuando no solo no hayáis podido descansar
adecuadamente en toda la semana, acumuléis el desgaste de el entrenamiento y el
trabajo, y además intentéis ponerle
buena cara al día.
No desfallezcáis, puede hacerse y lo haréis. Como dijo Niztche: “Lo que no te mata te hace más fuerte”,
y de esta experiencia saldréis más fuertes y mejores personas. Me da la
impresión de que necesitaremos esa fuerza para los años que están por venir.
Pues nada, espero que estas
reflexiones os hayan servido de inspiración. Tener un hijo es, probablemente lo más grande que vais a hacer en
vuestra vida, pero no por ello debéis dejar de lado vuestro crecimiento
personal.
Recordad, para llegar a ser un padre interesante para nuestros hijos,
primero hemos de convertirnos en una persona interesante por nosotros mismos.