martes, 1 de diciembre de 2015

Artes marciales y la ilusión de la seguridad






Hay muchos y muy variados motivos por los que entrenar un arte marcial, sistema de defensa personal o deporte de combate (como veis, aunque distintos, los meto a todos en el mismo saco, pues con todos aprendes a pelear), pero sea cual sea nuestra motivación para entrenar, tras cierto tiempo y mucha dedicación, es innegable que nuestras habilidades para pelear se incrementaran. Se dice que la practica lleva a la perfección, y aunque cada estilo o disciplina pone el énfasis en uno u otro aspecto de la misma, todas enseñan como usar nuestro cuerpo (e incluso armas, improvisadas o no) para repeler una agresión. Sin embargo esto pude fácilmente llevarnos a la creencia de que estamos plenamente seguros en caso de una agresión real... y aunque esto pude ser cierto en algunos casos, hay ciertas realidades que tenemos que considerar:

-         Cada sistema de lucha te preparará mejor o peor para un enfrentamiento… pero hay multitud de factores externos y psicológicos que pueden ser decisivos. No siendo el menor de ellos la suerte y el miedo. El mejor entrenamiento del mundo puede fallar en una situación determinada, y de hecho falla.
-         Aunque el combate desarmado es mas versátil que el armado, también esta en desventaja al enfrentar un arma, por cuestiones tan simples como el mayor alcance y daño potencial de estas.
-         En este país, relativamente seguro, hay cierta cantidad de gente que puede portar, y porta, armas de fuego ligeras (pistolas) de forma oculta: Policías, Militares, Agentes de seguridad, e incluso civiles con licencia de tipo C, como Jueces, Joyeros, Políticos y Empresarios. A estos hay que sumar un número indeterminado de armas ilegales portadas por delincuentes más o menos profesionales. Aunque no hace demasiados años, leí un informe policial, que decía que las armas de fuego solo eran mas peligrosas que un cuchillo en distancias supriores a los tres metros, lo cierto es que una bala puede sentarte en el suelo mejor que cualquier patada de Kung Fu.

Teniendo esto en cuenta, y sin entrar en consideraciones de responsabilidad legal, podemos ver que si hablamos de seguridad real, un buen entrenamiento en combate sin armas no es ni lo único, ni lo más efectivo que deberíamos tener en cuenta.

Otra cuestión seria valorar, si realmente necesitaríamos otro tipo de entrenamiento técnico para defendernos en nuestra relativamente segura vida de civiles… No se vosotros, pero en mi caso, que no tengo un trabajo de seguridad, cuanto mas entrenado estoy, menos falta me ha hecho utilizar mi entrenamiento en una situación real. Y si he estado tentado de usarlo, siempre ha sido contra gente con poca o nula preparación, y menos seso aun.

Después de decir todo esto, una apreciación puramente personal: Aprender a defenderse mediante las artes marciales, aporta seguridad,  bastante de ella justificada, y sin duda es el sistema de defensa con mejor equilibrio de efectividad/responsabilidad legal para la población civil. Lo que no quiere decir que sea la opción más efectiva en términos absolutos.

Sed buenos.


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