"Soy joven, soy guapo, soy rápido, soy elegante y probablemente no
pueda ser golpeado. He cortado árboles, he luchado contra un cocodrilo, me he
peleado contra una ballena, he encerrado rayos y truenos en una prisión,
incluso la semana pasada asesiné a una roca”.
-Ali, en la entrevista previa a su combate con George Foreman.
El pasado 4 de Junio, tras
años luchando contra el Parkinson, en el único combate de su vida que era
imposible que ganara, el tres veces campeón del mundo de boxeo Mohamed Ali falleció
en un hospital de Phoenix a los 74 años. Era algo más que una leyenda del
deporte mundial por su compromiso político y social. Su imagen, como la de John
F. Kennedy, Marilyn Monroe, Elvis Presley o Los Beatles, estará por siempre
asociada a la de una época: los años sesenta y setenta.
Cassius Clay, que se cambió su nombre a Mohamed
Ali, fue tres veces campeón del mundo de los pesos pesados y campeón olímpico
de los semipesados en 1960. Disputó 61
combates como profesional, con 56 victorias y 5 derrotas, con un estilo propio,
"flotando como una mariposa y
picando como una abeja".
Clay nació en Louisville, Kentucky, Estados
Unidos, el 17 de enero de 1942. Según sus biógrafos, su llegada al boxeo se produjo cuando tenía 12 años, cuando entró
de la mano de un policía y entrenador aficionado, Joe Martin, en un gimnasio
poco después de que le robaran la bicicleta.
Hasta 1959 había conseguido en el campo
aficionado numerosas victorias; entre ellas, seis Guantes de Oro de Kentucky,
dos guantes nacionales en Nueva York, y dos campeonatos norteamericanos.
No tenía
más que 18 años cuando en los Juegos Olímpicos de Roma ganó la medalla de oro
de los semipesados y decidió su paso al profesionalismo. En aquellos
tiempos, el boxeo estaba, en parte, tutelado por la mafia y liderado por los
boxeadores Floyd Patterson y Sonny Liston.
El 25 de
febrero de 1964 ganó el título mundial de los pesos pesados, después de un
combate frente a Liston en el que hizo alarde de sus dos mejores virtudes
pugilísticas, un rítmico juego de piernas y un golpe demoledor.
EL ISLAM COMO PARTE DE LA LUCHA SOCIAL
Ese año
cobró aún mayor notoriedad al anunciar su conversión al Islam y el abandono de
su nombre originar por el de Mohamed Ali. El púgil militaba en el
movimiento Nación del Islam de Malcolm X, que proponía la liberación de los guetos negros
y el fin de la segregación. Estados Unidos se sintió fascinado ante este
campeón rebelde que acumulaba títulos sin cesar.
Los dos años siguientes continuó tumbando
rivales. Noqueó a Patterson, a Chuvalo, a Cooper, Brian London, a Mildenberger,
a Williams y a Jerry Quarry, el orgullo de la América blanca, en el
Madison Square Garden de Nueva York.
En 1967 hizo un nuevo gesto espectacular. Se negó a incorporarse al Ejército y
marchar a la guerra de Vietnam. Le condenaron a cinco años por insumisión,
fue suspendido tres años y le despojaron de su título. Pero, eso ni el
encarcelamiento amilanó su ímpetu competitivo y el 26 de octubre de 1970
regresó victorioso al cuadrilátero, venciendo a Jerry Quarry, y nuevamente se
dispuso a alcanzar la cima.
LA RIVALIDAD CON FOREMAN Y
FRAIZER
Cuando su carrera pareció sucumbir con dos
señaladas derrotas, contra Joe Frazier, el 8 de marzo de 1971, y Ken Norton 31
de marzo de 1973, aceptó un combate ante George Foreman en Kinshasa, Zaire
(actualmente República Democrática del Congo), el 30 de octubre de 1974. La
pelea fue seguida en todo el mundo, fue tema de una película años después
-"Cuando fuimos reyes"- y convirtió en mitos a ambos púgiles: Foreman
y Ali, quien reconquistó el título mundial.
Desde
octubre de 1974 a
febrero de 1976 puso cinco veces en juego su corona y sucesivamente derrotó
a Chuck Wepner, Ron Lyle, Joe Burgner, Joe Frazier y Jean Pierre Coopman.
Pero perdió el título el 15 de febrero de 1978
ante Leo Spinks. La negativa de éste a enfrentarse al aspirante oficial, Ken
Norton, le permitió luchar de nuevo por el cetro mundial y el 15 de septiembre
lo reconquistó por tercera vez ante Spinks, en el Superdome de Nueva Orleans.
Poco después anunció su retirada.
A lo largo
de su carrera se enfrentó a los más grandes del cuadrilátero, a Patterson,
Chuvalo, Cooper, London, Williams, Terrell, Folley y Foreman. Alí ganó más
dinero que todos los pesos pesados anteriores juntos. En quince peleas que
disputó entre 1971 y 1978 se embolsó, por ejemplo, más de 43 millones de
dólares.
Y como
llegó, así se fue el dinero. Generosas contribuciones, fiestas legendarias,
caprichos por doquier o negocios ruinosos fueron el final de parte de su
fortuna.
Excepcionalmente, el 2 de octubre de 1980 volvió
al ring para enfrentarse a Larry Holmes por el título del Consejo Mundial de
Boxeo, un combate que perdió por abandono en el décimo asalto. Colgó los
guantes definitivamente después de perder el 11 de diciembre de 1981 un combate
a 10 asaltos contra Trevor Berbick, en Nassau (Bahamas).
MÁS DE 30 AÑOS LUCHANDO CONTRA EL
PARKINSON
Poco
después, el 9 de septiembre de 1984, se le diagnosticó que padecía Parkinson,
una enfermedad degenerativa del sistema nervioso, que, según el director de la Clínica de Enfermedades
Motrices de la Universidad
de Columbia, doctor Stanley Fanh, tenía como causa inmediata el boxeo.
Desde entonces luchó contra la progresión del
mal. Su imagen se ha hecho si acaso más célebre entre el público en este
tiempo. Todavía se recuerda su emotiva presentación en la inauguración de los
Juegos Olímpicos de Atlanta donde no sólo mostró las huellas que el Parkinson
estaba dejando en su cuerpo, sino que, entre aplausos y vítores, reclamó su
momento en la historia del deporte.
Cuando
abandonó el boxeo continuó con su labor en defensa de los valores del Islam y
de los musulmanes. En noviembre de 2002 visitó Afganistán como
"Mensajero de la paz" de las Naciones Unidas.
En noviembre de 1999 asistió en Viena a la
entrega de uno de los premios que le reconocían como uno de los mejores deportistas del siglo XX, tras ser elegido por
un jurado internacional. Pese su abnegada voluntad, era evidente su avanzado
deterioro físico.
UNA LEYENDA VIVA
Al mes siguiente, la revista norteamericana
especializada Sports
Illustrated le entregó el galardón de "campeón más grande del
siglo".
En los primeros días de diciembre de 2001 volvió
a Atlanta para recoger la llama olímpica desde Grecia y prenderla para el
inicio del camino hasta la ciudad de Salt Lake City, sede de los Juegos de
Invierno en febrero siguiente.
A comienzos de 2002 recibió en Los Ángeles la estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y pidió
que no la pusiesen en el suelo sino en la pared.
Dos años después, recibió el Premio Jalil Gibran
del Instituto Árabe-Americano (2004), por su obra en favor del mundo en
desarrollo. En marzo de 2005 se anunció que en diciembre recibiría en Berlín la Medalla por la Paz Otto Hahn.
A finales de octubre de 2005 su hija Laila dijo
que su padre seguía perdiendo la batalla contra el Parkinson y que en los
últimos tiempos el mal había progresado notoriamente.
El 9 de noviembre de 2005 recibió de manos de
George Bush la Medalla
de la Presidencial
de la Libertad
y el 21 de ese mes inauguró en su ciudad natal un Centro que lleva su nombre
para promover sus ideales humanitarios y culturales.
En junio de 2012 el Consejo Mundial de Boxeo
anunció que en su convención de diciembre sería nombrado "Rey del Boxeo
Mundial", en Cancún (México), y se le impondrá una corona de 2 kilos de peso
bañada en oro de 24 kilates.
Otro reconocimiento de ese año fue el ser
portador por unos momentos de la bandera olímpica durante la ceremonia de
inauguración de los Juegos de Londres, el 27 de julio.
Su vida
fue llevada al cine (magistralmente) en 2001 por Will Smith en la película Ali,
dirigida por Michael Mann.
El 20 de diciembre de 2014 fue hospitalizado por
una leve neumonía.
Ha estado casado en cuatro ocasiones, la última
con Lonnie, y tenido 8 hijos, además de adoptar a otro. Laila Ali, la menor de sus hijos, se dedicó al boxeo como profesional
(1999-2007) y en 2002 se hizo con la triple corona mundial de los supermedios
(IBA, IWBF y WIBA).
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