miércoles, 14 de septiembre de 2011

La Ética en las Artes Marciales

Mucho ruido y poca sustancia...
Seguramente este titulo dará para mas de un capitulo en este blog, y no será porque se halla hablado poco de este asunto, si no mas bien por lo necesario que es que como artistas marciales lo recordemos.

Las artes marciales no son solamente sistemas de lucha. No deben serlo. Si en la búsqueda de la máxima efectividad perdemos la ética que debiera engarzar nuestro arte, perdemos algo mucho más importante que nuestra supuesta capacidad de lucha o autodefensa, perdemos de vista el camino, la vía marcial que con el tiempo puede llevarnos hacia la superación personal, no solo física, sino también mental.

Muchas veces he visto, especialmente en foros de opinión, pero también en artículos de supuestos especialistas, demasiada soberbia, una certeza casi absoluta en la validez de nuestra propia opinión o supuesta experiencia… llegando a confundirse el tocino con la velocidad con tal de sentar cátedra. A veces falta humildad para reconocer que no sabemos de todo, que toda experiencia es valiosa, y que la realidad de temas tan complejos como la efectividad, los métodos de entrenamiento o los distintos estilos puede ser demasiado amplia y llena de variables como para que nosotros, en nuestra limitada experiencia, podamos verla con total claridad; o al menos tan claramente como para atrevernos decirle a los demás lo que es y lo que no es sin llegar a ruborizarnos.

Para terminar, quisiera citar al Maestro Hokama Tetsuhiro en una entrevista publicada por la revista marcial El Budoka 2.0. En ella al finalizar la entrevista el entrevistador le preguntaba al maestro si quería añadir algo más, a lo cual respondió:

“Siempre has de tener cuidado de tener buenos modales. Esto es algo muy importante en el mundo. Debes de tratar de hacer felices a los demás. Si tú eres feliz, yo soy feliz. Esto es muy bueno para nuestra salud. Por eso es por lo que llevo a gente a ver las tumbas y monumentos de los maestros. Cuando hago esto la gente se siente feliz, y eso es bueno para mi. Los insultos, los chismes, la gente ofensiva, no son buenas para nosotros”.

(Sensei coge entonces una lata de refresco casi terminada y comienza a agitarla ruidosamente). “Si esta lata estuviese llena no haría ruido. Debes recordar esto”.

Con esta sentencia final, Hokama Sensei nos previene para que nos cuidemos de aquellos que hacen mucho ruido, ya que generalmente tienen poca sustancia. Como seguidores de una tradición marcial debemos cuidar de que el modo en el que nos conducimos sea el propio de la tradición que se nos ha legado.

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