El dragón y el fénix son criaturas sobrenaturales y
auspiciosas en China, y sus orígenes pueden remontarse a las antiguas leyendas
de ese país. A lo largo del curso de la historia dinástica de China, ambos animales
imaginario se han destacado en la literatura, el arte y las tradiciones
folclóricas. En la antigüedad, el dragón y el fénix eran importantes imágenes
totémicas. Estas antiguas representaciones de los clanes fueron gradualmente
transformadas en símbolos auspiciosos y posteriormente fueron utilizados para
representar a virtuosos monarcas.
Esto último se debe al hecho de que desde la dinastía Chin (221-206 a. de C.) cuando el Primer Emperador de China se proclamó a sí mismo descendiente del dragón, casi todos los gobernantes eran denominados como "el verdadero dragón, hijo del cielo". Por lo tanto, el dragón se convirtió en un símbolo del gobernante, mientras que el fénix encarnó a su pareja. Las formas de dragón y fénix gradualmente fueron transformadas en imágenes asociadas con la corte, representando la nobleza y la autoridad imperial. Casi todo lo relacionado a la corte, desde las decoraciones en la arquitectura palaciega hasta las insignias en los objetos y las vestimentas diarias, era adornado con imágenes y patrones de dragones y fénix imperiales.
Además, en China el dragón y el fénix, junto con el chilin (unicornio) y la tortuga, fueron conocidos como los "cuatro espíritus sobrenaturales". Según registros antiguos, el dragón aparecía en una variedad mágica de formas. Podía ser largo o corto, pequeño o gigantesco. Podía ser reservado y a la vez activo, y también podía vivir en todas partes: desde las alturas hasta las profundidades. Viajando entre el cielo y la Tierra, los dragones eran considerados montañas de deidades celestiales. También tenían el poder de controlar la lluvia. En las épocas de sequía, los dragones podían traer agua, y en tiempos de inundaciones, podían detener las lluvias y aclarar los cielos.
El fénix fue comúnmente conocido como el "rey de las aves". Siendo un ave sobrenatural, encarnaba las cinco virtudes de benevolencia, rectitud, decoro, sabiduría y sinceridad. Como tal, no hacía daño a ningún insecto ni a una hoja de hierba. Se posaba sólo en el árbol de firmiana más exquisito, comiendo y tomando nada más que semillas de bambú y agua de manantial.
Por lo tanto, la aparición de un dragón y un fénix era considerada una señal extremadamente auspiciosa; significaba el inicio de un período de paz y prosperidad para el pueblo y el país. Así mismo, el fénix y el dragón frecuentemente eran representados juntos como un símbolo auspicioso de la unión de los elementos masculino (dragón) y femenino (fénix).
Esta unión todavía se refleja en la sociedad china actual, en la cual es común referirse a la pareja del dragón y el fénix en el contexto de las ceremonias matrimoniales, colgándose sus imágenes sobre la mesa en donde se sientan los novios para simbolizar su unión.
No obstante, a muchas personas les parece extraño que el dragón y el fénix sean frecuentemente asociados con la idea del matrimonio. Después de todo, las dos criaturas mitológicas son del sexo masculino, al menos al denominarse en español; y sus contrapartes en la naturaleza, la serpiente y el ave, son enemigos mortales.
La respuesta a esta paradoja está en el hecho de que estos dos seres mitológicos representan la alianza histórica, mediante el matrimonio, de dos grupos antiguos: la tribus que adoraban al dragón y las que adoraban al fénix. Esta alianza matrimonial dio lugar a la gran unión de culturas, y aunque la alianza como un acontecimiento histórico se perdió en el tiempo, los diseños pictóricos y las frases simbólicas asociadas con la ceremonia matrimonial original fueron conservadas en el arte y el folclor popular. Así es como un acontencimiento histórico muy remoto se ha conservado en las costumbres populares.
En general, los pueblos antiguos del oeste de China (Shansi, Shensi, Kansu, y Tsinghai) eran tribus que veneraban al dragón, mientras que los pueblos del este (Manchuria, la costa oriental y los antiguos estados de Chi, Lu y Yen) veneraban al fénix. Los dos grupos se unieron y se fundieron en la llanura central de China, en el área de lo que es actualmente la provincia de Honan.
Ciertos personajes históricos muy antiguos representan a las tribus de las planicies occidental y central que veneraban al dragón. Entre ellos: el emperador Amarillo Huang-ti; Shen Nung (fundador de la agricultura); emperador Yao (cuarto de los Cinco Emperadores); emperador Yu (fundador de la dinastía Hsia); el Rey Wen (figura ancestral de la dinastía Chou). El fundador de la dinastía Han también se consideraba a sí mismo descendiente de los pueblos que rendían culto al dragón.
Los personajes que representan a las tribus del este de China que veneraban al fénix son: Shao Hao (uno de los hijos del emperador Amarillo; el emperador Ku (tercero de los Cinco Emperadores); Emperador Shun (último de los Cinco Emperadores); Cheng Tang, fundador de la dinastía Shang; la casa real de Yin (gobernantes del estado de Chin).
Textos anteriores a la dinastía Chin tales como el Tso Chuan y Chu-shu chi-nien (Anales de bambú) registran los nombres de las tribus que veneraban a los diversos tipos de aves y dragones. Estas referencias implican la amplia división en la antigua sociedad totémica china. El dragón era el arquetipo del tótem de la serpiente, asociada con el agua, los peces y los anfibios. Y, por extensión, las nubes, el relámpago y el trueno así como el arcoiris. El fénix era la personificación del tótem-ave, asociado con el viento y con el Sol.
Por lo tanto, el dragón y el fénix eran especies con orígenes bien distintos que sin embargo fueron asociadas desde tiempos muy remotos.
Se usaba un símbolo especial para representarlos, el que indicaba no solamente que pertenecía a la misma esfera cultural, sino que también su naturaleza era sagrada. En los escritos de los huesos de oráculo y de las inscripciones en bronces, un símbolo similar al caracter hsin aparece en la parte de arriba de los pictogramas para "dragón" y "fénix". Ciertas maneras de escribir el caracter ti –que significa emperador o dios– en estos escritos utilizan un caracter similar en lo que respecta a la parte superior del ideograma. Este elemento evidentemente era una señal de lo sagrado, y si la mitad de arriba de estos antiguos ideogramas es eliminada, simplemente queda la palabra para una serpiente o un ave ordinarios.
La alianza del dragón y el fénix es evidencia de un desarrollo entre los antiguos pueblos chinos: un alejamiento de los matrimonios intratribales y una tendencia a los intertribales. Tomemos las dinastías Shang y Chou como ejemplo. Los Shang eran orientales que veneraban al tótem-ave. Los Chou, por otra parte, estaban relacionados por matrimonio a Shen Nung y al emperador Amarillo, que veneraban al dragón. Registros del período posterior Shang mencionan matrimonios entre Shang y Chou. Según el Shih Chin(Libro de la Poesía), la madre del rey Wen, de la dinastía Chou, era una mujer de la dinastía Shang. Su matrimonio a Wang Chi fue sin duda alguna la unión del dragón y el fénix.
Además de ser símbolos auspiciosos en China, el dragón y el fénix frecuentemente eran metáforas del caballero y el sabio en la China antigua. Por ejemplo, se dice que Confucio comparó a Lao-tse con un dragón. Pero ambos tenían espíritus elusivos capaces de trascender libremente las fronteras del cielo y la tierra. También se dice que Lao-tse comparó la sabiduría y la gracia de Confucio a las virtudes asociadas con el fénix. La benevolencia de ambos al tratar a otros fue su virtud máxima. Hay que notar que al menos una de estas observaciones, si no fueran ambas, fueron posteriores a la persona del caso, dado que estos dos pensadores no fueron contemporáneos.
Consecuentemente, sabemos por textos y objetos antiguos que el dragón y el fénix eran animales auspiciosos ya en el período Neolítico en China. Altamente apreciadas, las imágenes de dragones y fénix llegaron a ser plasmadas en adornos ceremoniales de jade y talladas, pintadas o bordadas en objetos de uso cotidiano. Esta costumbre fue pasada a través de los tiempos. Mediante las referencias a dragones y fénix en los ritos y festivales locales, hasta las alturas de la literatura y las bellas artes, todos revelan la gloria de estos animales legendarios.
Esto último se debe al hecho de que desde la dinastía Chin (221-206 a. de C.) cuando el Primer Emperador de China se proclamó a sí mismo descendiente del dragón, casi todos los gobernantes eran denominados como "el verdadero dragón, hijo del cielo". Por lo tanto, el dragón se convirtió en un símbolo del gobernante, mientras que el fénix encarnó a su pareja. Las formas de dragón y fénix gradualmente fueron transformadas en imágenes asociadas con la corte, representando la nobleza y la autoridad imperial. Casi todo lo relacionado a la corte, desde las decoraciones en la arquitectura palaciega hasta las insignias en los objetos y las vestimentas diarias, era adornado con imágenes y patrones de dragones y fénix imperiales.
Además, en China el dragón y el fénix, junto con el chilin (unicornio) y la tortuga, fueron conocidos como los "cuatro espíritus sobrenaturales". Según registros antiguos, el dragón aparecía en una variedad mágica de formas. Podía ser largo o corto, pequeño o gigantesco. Podía ser reservado y a la vez activo, y también podía vivir en todas partes: desde las alturas hasta las profundidades. Viajando entre el cielo y la Tierra, los dragones eran considerados montañas de deidades celestiales. También tenían el poder de controlar la lluvia. En las épocas de sequía, los dragones podían traer agua, y en tiempos de inundaciones, podían detener las lluvias y aclarar los cielos.
El fénix fue comúnmente conocido como el "rey de las aves". Siendo un ave sobrenatural, encarnaba las cinco virtudes de benevolencia, rectitud, decoro, sabiduría y sinceridad. Como tal, no hacía daño a ningún insecto ni a una hoja de hierba. Se posaba sólo en el árbol de firmiana más exquisito, comiendo y tomando nada más que semillas de bambú y agua de manantial.
Por lo tanto, la aparición de un dragón y un fénix era considerada una señal extremadamente auspiciosa; significaba el inicio de un período de paz y prosperidad para el pueblo y el país. Así mismo, el fénix y el dragón frecuentemente eran representados juntos como un símbolo auspicioso de la unión de los elementos masculino (dragón) y femenino (fénix).
Esta unión todavía se refleja en la sociedad china actual, en la cual es común referirse a la pareja del dragón y el fénix en el contexto de las ceremonias matrimoniales, colgándose sus imágenes sobre la mesa en donde se sientan los novios para simbolizar su unión.
No obstante, a muchas personas les parece extraño que el dragón y el fénix sean frecuentemente asociados con la idea del matrimonio. Después de todo, las dos criaturas mitológicas son del sexo masculino, al menos al denominarse en español; y sus contrapartes en la naturaleza, la serpiente y el ave, son enemigos mortales.
La respuesta a esta paradoja está en el hecho de que estos dos seres mitológicos representan la alianza histórica, mediante el matrimonio, de dos grupos antiguos: la tribus que adoraban al dragón y las que adoraban al fénix. Esta alianza matrimonial dio lugar a la gran unión de culturas, y aunque la alianza como un acontecimiento histórico se perdió en el tiempo, los diseños pictóricos y las frases simbólicas asociadas con la ceremonia matrimonial original fueron conservadas en el arte y el folclor popular. Así es como un acontencimiento histórico muy remoto se ha conservado en las costumbres populares.
En general, los pueblos antiguos del oeste de China (Shansi, Shensi, Kansu, y Tsinghai) eran tribus que veneraban al dragón, mientras que los pueblos del este (Manchuria, la costa oriental y los antiguos estados de Chi, Lu y Yen) veneraban al fénix. Los dos grupos se unieron y se fundieron en la llanura central de China, en el área de lo que es actualmente la provincia de Honan.
Ciertos personajes históricos muy antiguos representan a las tribus de las planicies occidental y central que veneraban al dragón. Entre ellos: el emperador Amarillo Huang-ti; Shen Nung (fundador de la agricultura); emperador Yao (cuarto de los Cinco Emperadores); emperador Yu (fundador de la dinastía Hsia); el Rey Wen (figura ancestral de la dinastía Chou). El fundador de la dinastía Han también se consideraba a sí mismo descendiente de los pueblos que rendían culto al dragón.
Los personajes que representan a las tribus del este de China que veneraban al fénix son: Shao Hao (uno de los hijos del emperador Amarillo; el emperador Ku (tercero de los Cinco Emperadores); Emperador Shun (último de los Cinco Emperadores); Cheng Tang, fundador de la dinastía Shang; la casa real de Yin (gobernantes del estado de Chin).
Textos anteriores a la dinastía Chin tales como el Tso Chuan y Chu-shu chi-nien (Anales de bambú) registran los nombres de las tribus que veneraban a los diversos tipos de aves y dragones. Estas referencias implican la amplia división en la antigua sociedad totémica china. El dragón era el arquetipo del tótem de la serpiente, asociada con el agua, los peces y los anfibios. Y, por extensión, las nubes, el relámpago y el trueno así como el arcoiris. El fénix era la personificación del tótem-ave, asociado con el viento y con el Sol.
Por lo tanto, el dragón y el fénix eran especies con orígenes bien distintos que sin embargo fueron asociadas desde tiempos muy remotos.
Se usaba un símbolo especial para representarlos, el que indicaba no solamente que pertenecía a la misma esfera cultural, sino que también su naturaleza era sagrada. En los escritos de los huesos de oráculo y de las inscripciones en bronces, un símbolo similar al caracter hsin aparece en la parte de arriba de los pictogramas para "dragón" y "fénix". Ciertas maneras de escribir el caracter ti –que significa emperador o dios– en estos escritos utilizan un caracter similar en lo que respecta a la parte superior del ideograma. Este elemento evidentemente era una señal de lo sagrado, y si la mitad de arriba de estos antiguos ideogramas es eliminada, simplemente queda la palabra para una serpiente o un ave ordinarios.
La alianza del dragón y el fénix es evidencia de un desarrollo entre los antiguos pueblos chinos: un alejamiento de los matrimonios intratribales y una tendencia a los intertribales. Tomemos las dinastías Shang y Chou como ejemplo. Los Shang eran orientales que veneraban al tótem-ave. Los Chou, por otra parte, estaban relacionados por matrimonio a Shen Nung y al emperador Amarillo, que veneraban al dragón. Registros del período posterior Shang mencionan matrimonios entre Shang y Chou. Según el Shih Chin(Libro de la Poesía), la madre del rey Wen, de la dinastía Chou, era una mujer de la dinastía Shang. Su matrimonio a Wang Chi fue sin duda alguna la unión del dragón y el fénix.
Además de ser símbolos auspiciosos en China, el dragón y el fénix frecuentemente eran metáforas del caballero y el sabio en la China antigua. Por ejemplo, se dice que Confucio comparó a Lao-tse con un dragón. Pero ambos tenían espíritus elusivos capaces de trascender libremente las fronteras del cielo y la tierra. También se dice que Lao-tse comparó la sabiduría y la gracia de Confucio a las virtudes asociadas con el fénix. La benevolencia de ambos al tratar a otros fue su virtud máxima. Hay que notar que al menos una de estas observaciones, si no fueran ambas, fueron posteriores a la persona del caso, dado que estos dos pensadores no fueron contemporáneos.
Consecuentemente, sabemos por textos y objetos antiguos que el dragón y el fénix eran animales auspiciosos ya en el período Neolítico en China. Altamente apreciadas, las imágenes de dragones y fénix llegaron a ser plasmadas en adornos ceremoniales de jade y talladas, pintadas o bordadas en objetos de uso cotidiano. Esta costumbre fue pasada a través de los tiempos. Mediante las referencias a dragones y fénix en los ritos y festivales locales, hasta las alturas de la literatura y las bellas artes, todos revelan la gloria de estos animales legendarios.