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I no Hayata derribando al monstruo |
El Nue (鵺) es uno de los más
antiguos Yokai (monstruo, demonio, espíritu y/o dios de la cultura japonesa) de
los que se ha dejado constancia escrita, apareciendo por primera vez en el Kojiki (712
CE), una recopilación de las primeras leyendas de Japón. También aparece en la Enciclopedia del periodo
Heian Wamyo Ruijusho (938 CE), y de nuevo en el Heike Monogatari
(1371 CE), un tratado sobre una de las más sangrientas guerras civiles de Japón
y los clanes que en ella participaron. En estos registros se dice que tiene
cabeza de mono, cuerpo de oso, cola de serpiente y garras de tigre.
En la antigüedad se pensaba que era algún tipo de
pájaro nocturno ya que su nombre se escribe con el kanji que significa “noche”
y “pájaro”.
Al contrario que muchas quimeras Japonesas como
el kirin, el baku, o el houou, el Nue no es un animal sagrado, ni un dios, sino
que es considerado un espíritu maligno.
Uno de los registros más conocidos del ataque de
un nue tuvo lugar el verano de 1153 en Kyoto. El Emperador Konoe sufría
horribles pesadillas cada noche, que terminaron por ponerle muy enfermo. Ninguna medicina o
rezo lograba que se recuperase, hasta que finalmente se atribuyó como la fuente se sus males a algún
tipo de espíritu nocturno que atormentaba su sueño. La situación alcanzo su punto
crítico cuando una terrible tormenta azoto el palacio imperial alrededor de las
dos de la madrugada, cullos furiosos rayos llegaron a incendiarlo en algunos
puntos. Desesperado, el emperador convocó
al famoso samurai Minamoto no Yorimasa, para que exterminase al espíritu. Yorimasa
vino acompañado de su fiel amigo I no Hayata, un experto arquero, y
montaron guardia junto a las estancias del emperador.
Durante la noche, se desato un extraño viento,
seguido por unas nubes negras que cubrieron el palacio. Yorimasa disparo varias
flechas a las nubes, hasta que se escucho un horrible grito, y del cielo callo
a tierra el nue con una flecha clavada. I no Hayata inmediatamente salto sobre
el, rematándolo rápidamente con su acero. El emperador se recobro inmediatamente
de su enfermedad y premio sus servicios con la legendaria katana Shishiou.
Este increíble suceso fue inmortalizado en
numerosas pinturas ukiyoe.
Después de la muerte del nue, los habitantes de
Kyoto se asustaron tanto de la bestia que metieron su cuerpo en un bote y lo
enviaron río a bajo. El bote termino por encallar en la arena, cerca del pueblo
de Ashiya, en la prefectura de Hyogo, y tras pensarlo mucho, los buenos habitantes
del pueblo lo recogieron y construyeron un túmulo funerario en donde lo enterraron
apropiadamente.
Aun hoy, si uno esta cerca del pueblo de Ashiya puede visitar el tumulo, llamado “Nuezuka”…
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Minamoto no Yorimasa matando al Nue |