El pasado Jueves 25 de Septiembre
saltó la noticia en varios periódicos de la Comunidad Foral
sobre el juicio que se estaba celebrando en los juzgados navarros por la
supuesta agresión de un chico con conocimientos de artes marciales (Aikido en
este caso) a otro en una discusión por un taxi a altas horas de la madrugada en
una zona concurrida de ocio.
La noticia que podéis leer al
inicio de este post relata bastante bien lo que se supone que paso, y lo que
alegaron las partes. No tengo intención de enredar en los hechos relatados, pero
si me parece bastante indignante que se pidan tres años de cárcel y 26.000 €
por un delito de lesiones al muchacho que “se supone que uso artes marciales”
sin tener en cuenta quien empezó la (supuesta) pelea.
Una vez más queda patente que da
igual lo que le pase a uno en la calle… el que, o el porque de una pelea. Lo
que prima en nuestro sistema judicial es quien ha sufrido mayores daños, merced
del descojonante “principio de equidad”
por el cual la respuesta a una agresión ha de ser siempre “equitativa”. Esto es que, si por poner un ejemplo, a uno le pegan
un puñetazo en la cara y como respuesta el agredido le golpea al agresor con
tal mala suerte que le parte la mandíbula, pues ya sabéis a por quien van a ir…
para mear y no echar gota amigos.
No sabemos aun cual será el fallo
de tribunal, pero hay algunas conclusiones que hemos de sacar de esta noticia:
- Saber artes
marciales nos puede perjudicar en un posible juicio, asi que tenerlo en
cuenta.
- No utilicéis
vuestras habilidades a menos que no os quede otra opción, y si tenéis que
hacerlo, al menos aseguraos de tener testigos que puedan testificar a vuestro
favor.
-
Hay veces en que
sale más a cuenta esperar al siguiente taxi…
Sed buenos.
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