martes, 4 de junio de 2013

Crónica del viaje a la Escuela de Wushu/Kung Fu Vila Real




El pasado fin de semana lo pasamos en Castellón, conociendo a nuestros compañeros de la Escuela de Wushu/Kung Fu Vila Real, dirigida por Sifu Rubén Solera.

Rubén Solera es hermano marcial de nuestro maestro, Patxi Oloriz, ya que ambos han recibido entrenamiento en Hung Gar Kuen del mismo maestro, Sifu Wong Ping Pui. Como ambos, además, mantienen una excelente relación personal, era inevitable (y hasta necesario) que pasásemos a conocerlos y compartir un entrenamiento.

Con esta filosofía en mente salimos MUY de madrugada, camino de Castellón. El viaje en furgoneta no se hizo largo, entre bromas, batallitas y algún que otro intento (infructuoso) de dormir algo. Una vez que llegamos a Vila Real, gratamente sorprendidos del magnifico tiempo que allí hacia (confirmado: el “Clima Mordor” solo atormenta a Navarra), nos juntamos por Sifu Rubén y su encantadora mujer, Ondina; los cuales nos guiaron por las calles de la ciudad hasta su escuela.

La Escuela de Wushu/Kung Fu Vila Real, es un local encantador y bien distribuido, que le hace a uno empaparse inmediatamente de espíritu marcial.

Aprovechando muy bien el espacio, y creando un excelente Feng Shui, cuentan con tres áreas de sólido tatami para entrenar, una armería bien provista, altar de los Grandes Maestros del estilo, una pequeña zona de esparcimiento, y hasta una tranquila zona de meditación con su Buda y su fuente… en definitiva, un lugar precioso donde entrenar.

Comimos una paella excelente y aprovechamos para conocer a sus alumnos, que nos dieron una calida acogida, y nos preparamos para empezar el entrenamiento, que se alargaría toda la tarde.

El programa que había preparado Sifu Rubén, era muy amplio y variado, entrenando flexibilidad, coordinación, acrobacias, aplicaciones, combate tradicional y semi-sanda.

Todo resulto muy interesante e inmersivo, ya que aunque los golpes y desplazamientos eran los mismos que nosotros entrenamos, los encadenamientos de dichas técnicas, y sus combinaciones con los desplazamientos no lo eran tanto… ¡lo cual supuso todo un reto!

Con la colaboración y paciencia de nuestros compañeros de la escuela Vila Real, resulto muy divertido, combinar dichas técnicas, y ya con los guantes puestos, probar distintos enfoques en sus aplicaciones deportivas.

Las dos escuelas entrenando juntas

Terminada ya la tarde, y cubiertos de sudor, nos aseamos en las instalaciones de la propia escuela, y nos dirigimos a un restaurante chino para cenar todos juntos. La cena resulto abundante y deliciosa… y las cervezas que me tome me sentaron a gloria después del largo entrenamiento de la tarde.

Y así, charlando animadamente con nuestros compañeros se fue pasando la cena y nos dirigimos de nuevo a la escuela para dormir allí, sobre el tatami (¡Que mucha falta nos hacia!)

A la mañana siguiente recogimos los petates, desayunamos con el bueno de Sifu Rubén y su mujer, y nos volvimos a Pamplona y sus nubes de tormenta… eso si, con la firme intención de que el curso que viene nos visitasen ellos, para así renovar lazos y ampliar amistades.


¡Mi agradecimiento a tod@s ell@s!

Los Angeles del Infierno al completo...

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